El héroe griego Hércules se pasaba la vida enfrentándose a
duros trabajos que le ponían los dioses. Uno de esos trabajos era conseguir
unas pocas manzanas de oro, de esas que comían los dioses y que se encontraban
en un árbol en el jardín de las Hespérides, allá en los confines del mundo.
La tarea no era nada fácil para Hércules y eso que él era un
héroe que podía con todo. Lo primero tenía que llegar hasta el fin del mundo
porque era allí donde estaba el jardín de las Hespérides. Una vez allí tenía
que entrar al jardín y matar al dragón que custodiaba el manzano para poder
coger unas cuantas manzanas de oro.
En la puerta del jardín se encontró con el titán Atlas que
estaba sujetando la bola del mundo sobre sus hombros.
- Hola Hércules, ¿qué haces en el fin del mundo? - le dijo
Atlas mientras le caían chorros de sudor por la frente del esfuerzo que estaba
haciendo sujetando el mundo.
- Vengo a por unas manzanas de oro - contestó Hércules -
¿por qué estás sujetando el mundo?
- Para que no se caiga. Me ha castigado Zeus después de una
fuerte discusión, pero ya no puedo más con este peso - dijo Atlas.
El titán Atlas estaba tan tan cansado de aguantar el mundo
en sus hombros que pensó en engañar a Hércules para que ocupara su puesto.
- Si quieres entro yo al jardín a cogerte las manzanas,
porque tú solo no vas a poder matar al dragón. Yo soy más fuerte - dijo Atlas.
- Vaya, gracias - contestó Hércules. Y entonces Atlas se
quitó la bola del mundo, se la colocó a Hércules sobre los hombros y entró en
el jardín.
Mientras esperaba a que Atlas regresara, Hércules se dio
cuenta del engaño, pero no estaba dispuesto a quedarse de por vida allí, con
todo ese peso del mundo. Atlas salió del jardín bien sonriente, con unas
cuantas manzanas de oro y estaba muy decidido a salir corriendo de allí, pero
Hércules le frenó.
- Amigo Atlas - le dijo - creo que me has colocado mal la
bola del mundo y me estoy haciendo daño en un hombro. ¿Me la puedes colocar
bien?
Atlas no vio la trampa y fue a coger el mundo para
colocárselo mejor a Hércules. En ese momento, el héroe griego se salió de
debajo de la bola del mundo y arrebató las manzanas de oro a Atlas. Así fue
como todo volvió a la normalidad, el titán Atlas que sujeta el mundo para que
no se caiga, y el héroe Hércules viajando por el mundo superando mil pruebas.
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