google-site-verification=MSXCKJxsv_kLmHivkdeyd047qfHtAHFitIkz7U4CweE Blog de religión: Prometeo roba el fuego a Zeus.

sábado, 14 de noviembre de 2020

Prometeo roba el fuego a Zeus.

 

El dios Zeus estaba encantado porque si los hombres no tenían fuego, poco podían hacer por ellos mismos y así seguían necesitando a los dioses. Lo que hacía Zeus era negarles el progreso a la hombres, impedir que fueran civilizados. Pero un buen día Prometeo se hartó de la situación y cambió las reglas del juego.

Prometo no era un dios, ni un mortal, ni un héroe. Era un titán con una enorme fuerza y mucha inteligencia que además era amigo de los mortales. Él quería que la humanidad pudiera valerse por sí misma y empezara a progresar, a inventar cosas para poder vivir mejor. Y elemento básico que necesitaban era el fuego.

Fue el día que Prometeo se encontró a Zeus echando una siesta en el Olimpo. Zeus tenía a su lado una pequeña hoguera a la que no dejaba acercarse a nadie. Cuando Prometeo se dio cuenta de que Zeus estaba tan profundamente dormido que hasta roncaba, se dio prisa. Cogió una rama de un árbol y la acercó a la hoguera. La rama empezó a arder y Prometeo salió disparado para entregarles a los hombres el fuego.

El resto fue fácil, porque los hombres cogieron la rama ardiendo que les dio Prometeo y con ella pudieron hacer muchas hogueras por todo el mundo para que nunca se apagara. Pero cuando Zeus se despertó de la siesta y vio a toda la humanidad calentándose y cocinando se enfadó y buscó al culpable para castigarle.

- ¿Quién me ha robado el fuego?- gritó Zeus. Y el grito resonó en todo el mundo.

- He sido yo- dijo Prometeo, que no estaba dispuesto a que otros pagaran su castigo.

Y el castigo fue duro. Zeus encadenó a Prometeo a una roca, lejos en el Cáucaso. A pesar de que el titán tenía mucha fuerza no podía soltarse de las cadenas, pero el peor suplicio era que un águila llegaba de madrugaba para comerle el hígado a Prometo. Por la noche el hígado se regeneraba y a la mañana siguiente vuelta a empezar con el desayuno del águila.

Así estuvo Prometo años, décadas y siglos. Y todo el mundo le pedía a Zeus que le levantara el castigo, pero Zeus no cedía porque seguía enfadado con Prometeo. Tuvo que venir el héroe Hércules, que pasó por aquella roca por casualidad, para liberar a Prometeo de sus cadenas, aunque Zeus nunca más volvió a dirigirle la palabra al titán que le robó el fuego.


1 comentario:

Barbara. dijo...

Me gustan todas las historias de mitologia y esta es muy bonita.

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