Se celebraban las bodas de la ninfa Tetis y el mortal Peleo con un festejo al que estaban invitados todos los dioses. ¿Todos? No. Al hacer la lista de invitados alguien se olvidó de Eris, la diosa de la discordia. Aunque dicen las malas lenguas que no se olvidaron de invitarla, sino que no la querían en el banquete de bodas para que no provocara ninguna discusión.
La idea de no invitar a Eris no fue muy buena porque, invitada
o no, ella estaba dispuesta a generar conflicto. Ofendida porque no la habían
invitado a la boda, cuando todos los dioses estaban disfrutando de la comida
lanzó a la mesa del banquete una manzana dorada en la que ponía: 'para la más
bella'. La manzana dorada fue a parar alrededor de tres diosas, Atenea,
Afrodita y Hera. Cada una de ellas quería esa manzana porque cada una se creía
la más bella.
Aquella situación olía a discusión y Zeus se escaqueó de
tomar la decisión de a quién correspondía la manzana, que era igual que decidir
cuál de las tres diosas era la más bella. Así que le pasó la patata caliente a
un mortal, a Paris Alejandro, príncipe de Troya que estaba en el monte Ida
cuidando de sus ovejas. Y allí que se plantaron las tres diosas frente a Paris
Alejandro para que resolviera la cuestión.
- ¿A quién crees que pertenece esta manzana? - preguntaban
las tres diosas al mismo tiempo.
Paris Alejandro leyó que en la manzana dorada ponía: 'para
la más bella' y supo que estaba en un problema. Pero no había forma de zafarse
y tenía que tomar una decisión. Las tres diosas le ayudaron a decidirse con
algunas promesas de lo más jugosas.
- Si me eliges a mí - le dijo Hera, que era la diosa madre
más poderosa - te convertiré en el hombre más rico y más poderoso.
- Si me eliges a mí - le dijo Atenea, que era la diosa de la
guerra y de la sabiduría - te haré conquistar muchos reinos y tendrás una gran
inteligencia.
- Si me eliges a mí - le dijo Afrodita, que era la diosa del
amor - tendrás a la mujer más bella del mundo.
No es que Paris Alejandro tuviera alguna duda acerca que
cuál de las tres diosas era la más bella, porque todo el mundo sabe que no hay
diosa más bella que Afrodita. Pero temía enfadar a las otras dos diosas si no
las elegía a ellas. Menudo problema, porque solo podía elegir a una.
Finalmente Paris Alejandro decidió apostar por ser honesto y
elegir a Afrodita como la más bella porque era eso lo que pensaba realmente. Y
con la verdad se llega siempre a todas partes. Si además le esperaba como
recompensa la bella Helena, hija de Zeus, que era la mujer más bella del mundo.
¿Qué más podía pedir?
Así que Paris Alejandro le entregó la manzana dorada a
Afrodita y la diosa cumplió su promesa preparando el encuentro entre París y
Helena quien al instante se enamoró de París. Ambos marcharon a Troya y se
casaron.
Mientras tanto, Atenea y Hera, descontentas con la decisión
de Paris, no podían estar más enfadadas y le dijeron que aquello no iba a
quedar así. Ellas visitaron a Eris y, con su ayuda, organizaron una guerra de
todos los griegos contra Troya. Dicen que la conocida guerra de Troya fue
causada por una mujer, debido a una discusión y por una simple manzana. Pero
eso, ya es otra historia...
2 comentarios:
Cada vez pones mas cosas, esta genial. Gracias
Es super diver cuando mi profe me deja estar en este blog.
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