JIM ELLIOT
Nació en Portland, Oregon, en 1927. Convertido a los seis años de edad, dedicó su
vida a conocer a Dios y a buscar y cumplir su voluntad. Sostenía que para
conocer a Dios primero hay que obedecerle.
Después de los estudios primarios, Elliot pasó a un politécnico, en el
que escogió el dibujo arquitectónico entre otras asignaturas técnicas.
Vinculado a iglesias de los «hermanos libres» procuró
mantenerse apartado de toda actividad frívola (no así de los deportes, incluida
la lucha, en la que se destacó hasta el punto de que se lo describiera como el
«hombre de goma»), así como de cualquier actividad bélica o política. Posteriormente siguió estudios universitarios
en el conocido Wheaton College, de orientación evangélica. Se dice que tuvo una
intensa vida devocional y de estudio de la Palabra de Dios.
Concluidos sus estudios formales en 1949, realizó un curso
de lingüística práctica en el Instituto Lingüístico de Verano en la Universidad
de Oklahoma (donde por primera vez oyó hablar de los aucas), curso destinado a
futuros misioneros deseosos de aprender a hablar lenguas indígenas y finalmente
elaborar alfabetos para las mismas con el fin de que los hablantes de ellas
pudieran tener acceso a las Sagradas Escrituras.
A lo largo de sus años de estudio se había destacado como organizador, orador, escritor y actor, sin dejar de dar su testimonio cristiano a quien quisiera escucharlo. Llegó el momento en que se sintió guiado al Ecuador, país al que se trasladó en 1952.
Habiendo llegado al Ecuador con el pensamiento de alcanzar algún día a los aucas, se dedicó a aprender frases útiles para los primeros contactos. La oportunidad se presentó finalmente y Elliot, el «lingüista» del grupo, tuvo la posibilidad de emplear a voz en cuello las frases aprendidas, con la esperanza de que fueran oídas por los aucas, como efectivamente ocurrió.
Una vez instalado el grupo en un campamento a orillas del río Curaray, a distancia prudencial del asentamiento auca, procuraron atraer su atención. El primer contacto les dejó la impresión de que se iniciaría un vínculo fructífero, pero sorpresivamente los cinco hombres fueron atacados y muertos a lanzazos.
A lo largo de sus años de estudio se había destacado como organizador, orador, escritor y actor, sin dejar de dar su testimonio cristiano a quien quisiera escucharlo. Llegó el momento en que se sintió guiado al Ecuador, país al que se trasladó en 1952.
Habiendo llegado al Ecuador con el pensamiento de alcanzar algún día a los aucas, se dedicó a aprender frases útiles para los primeros contactos. La oportunidad se presentó finalmente y Elliot, el «lingüista» del grupo, tuvo la posibilidad de emplear a voz en cuello las frases aprendidas, con la esperanza de que fueran oídas por los aucas, como efectivamente ocurrió.
Una vez instalado el grupo en un campamento a orillas del río Curaray, a distancia prudencial del asentamiento auca, procuraron atraer su atención. El primer contacto les dejó la impresión de que se iniciaría un vínculo fructífero, pero sorpresivamente los cinco hombres fueron atacados y muertos a lanzazos.
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