Sísifo es rey de la ciudad griega de Éfira, que después se llamará Corinto.
Es muy sabio y astuto. Pero comenzó a emplear mal su sabiduría y, además, se deja arrastrar por dos grandes defectos, la avaricia y la mentira. Es tan avaro que llega a matar a viajeros y caminantes para quedarse con su riqueza.
Por ese motivo los dioses le condenan a empujar una gran piedra, cuesta arriba, por una ladera muy empinada de la montaña. Cada vez que está a punto de alcanzar la cima, la piedra vuelve a rodar hacia abajo. Así una y otra vez.
Cuando ya es anciano se queda ciego, pero sigue condenado a subir la piedra.
2 comentarios:
Que cansancio, pobrecito.
Mola este mito jajaja ppbrecito
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