Pandora llega
a la tierra
Prometeo
había advertido a su hermano Epimeteo que nunca aceptara ningún regalo de Zeus,
sabiendo que tenía un fuerte rencor contra él. Sin embargo, cuando Hermes la
entregó a Epimeteo (pues era la orden de Zeus), el estúpido titán se sintió
abrumado por su exquisita belleza, olvidándose de los consejos de su hermano y
convirtiéndola en su esposa.
Pandora
procuró mantener cada día la bella caja sobre la mesa, a la que cuidaba cada
día para que la gente pudiera admirar su belleza. Pero Pandora se preguntaba
qué contendría la caja y su imaginación no dejó de crear respuestas:
“seguramente Hermes estaba bromeando cuando dijo que nunca lo abriera, es un
bromista”, pensó Pandora.
Pero en lo
más profundo de ella sabía que su promesa no debía romperse, por lo que,
desesperada, Pandora tomó la caja y la encerró dentro de un pesado cofre de
madera.
Pandora
quería obedecer el mandato de los dioses, pero no podía contener su curiosidad.
Y así, finalmente, decidió recuperar la caja y ver qué contenía su interior.
Tomando la pequeña llave de oro de alrededor de su cuello, la colocó en el ojo
de la cerradura y abrió suavemente la caja y, tan pronto como Pandora abrió la
caja, se dio cuenta de su gran error. Un olor fétido llenó el aire y se podía
oír un enjambre y un extraño susurro en el interior, por lo que, horrorizada,
cerró la tapa de golpe.
Pero ya era
demasiado tarde, pues todas las plagas y dolores conocidos por la humanidad se
liberaron: la vejez, la enfermedad, los celos, las mentiras…
¡Ojalá
Pandora hubiera mantenido la caja cerrada! ¡Quién sabe cómo sería nuestro
mundo!
1 comentario:
Esta historia es super chula gracias profe
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