google-site-verification=MSXCKJxsv_kLmHivkdeyd047qfHtAHFitIkz7U4CweE Blog de religión: Juana de Arco

viernes, 17 de mayo de 2019

Juana de Arco


Juana de Arco, nació en un pueblecito de la región de Lorena, el 6 de enero del año 1412. Por entonces en Francia se desarrollaba la que se llamó ‘La guerra de los cien años’ contra las tropas inglesas que intentaban conquistar el territorio, pero a pesar de la guerra, Juana vivió una infancia feliz y tranquila al lado de sus padres y sus cuatro hermanos.

A los catorce años Juana empezó a tener visiones sobre ángeles y a escuchar las voces de dos santas: Santa Catalina de Alejandría y Santa Margarita de Antioquía. Primeramente, Juana ocultó esto a sus padres, pero entonces las voces le enviaron un mensaje claro: debía ir con un ejército francés para alejar a las tropas inglesas de la ciudad de Orleans, donde la resistencia francesa aguantaba desde hacía mucho los ataques del ejército inglés.
Juana se decidió a aceptar su destino y viajó hasta una población cercana a su pueblo natal Domremý. En ella se encontraba Roberto de Baudricourt, quien era comandante de los ejércitos reales.
Roberto rechazó varias veces las peticiones que Juana de Arco le hacía, pero se dio cuenta de que ella podría ser la última esperanza después de tantos años de guerra contra los ingleses, así que la envió para que se entrevistara con el futuro rey Carlos VII de Francia.
Cuando fue recibida por el futuro rey, él la puso a prueba: antes de que Juana llegara se escondió entre la multitud y colocó a un miembro de la realeza en su lugar. Según el rumor, Juana reconoció al verdadero Carlos VII y después de una entrevista privada, él le concedió un ejército francés.
Juana se marchó para luchar en Orleans con su ejército y allí salió victoriosa.
Gracias a las victorias de Juana, el 17 de julio del año 1429 el rey Carlos VII fue coronado como rey de Francia.
Cuando llegó a rey, sus intereses y los de Juana empezaron a diferenciarse. Carlos VII pretendía finalizar la guerra con tratados de paz, pero Juana quería seguir luchando.
En su última batalla fue capturada y juzgada por los enemigos, pero el rey Carlos VII se abstuvo de salvarla. El 30 de mayo del 1431 murió acusada de cargos falsos.
Siglos más tarde su caso fue revisado y fue declarada santa y también patrona de Francia.

1 comentario:

Pablo dijo...

Una mujer muy intrepedia me ha gustado su historia

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