Resurrección de Lázaro
Había un enfermo llamado Lázaro, de Betania, la aldea de
María y de su hermana Marta. María era la que ungió al Señor con perfume y le
secó los pies con sus cabellos; su hermano Lázaro había enfermado. Entonces las
hermanas le enviaron este recado:
-Señor, tu amigo Lázaro a quien tanto amas, está
enfermo.
-Esta enfermedad no es de muerte, sino para glorificar
al Hijo de Dios -comentó Jesús con sus Apóstoles.
Pasados dos días les dijo que debían regresar a Judea
porque Lázaro había muerto. Se pusieron en camino y
cuando ya estaban cerca de Betania, Marta, que había sabido que llegaba Jesús,
salió a su encuentro diciéndole.
-Señor, si hubieras estado aquí mi hermano Lázaro no
habría muerto...
-Resucitaré a tu hermano -le prometió Jesús.
Marta avisó a su hermana María que el Maestro estaba
allí, y que la llamaba. Los judíos que habían venido de Jerusalén a
darles el pésame y estaban en la casa pensaron que iba al sepulcro y la
acompañaron. María, al llegar donde estaba Jesús, se postró llorando
a sus pies al tiempo que se quejaba igual que su hermana. Jesús se
conmovió y también lloró.
-¿Dónde lo habéis puesto? -preguntó.
-Ven, Señor, y lo verás.
Cuando llegaron al sepulcro hizo que retiraran la losa
de piedra que tapaba la entrada. Marta le advirtió que ya olía mal,
pues hacia cuatro días que estaba muerto. Jesús miró al cielo en
oración y luego exclamó en voz alta:
-¡Lázaro, ven afuera!
Al instante apareció de pie en la
puerta. Jesús ordenó que le quitaran las vendas para que pudiera
caminar.
3 comentarios:
hola nuria le estoy enseñando a mi hermano el blog y le encanta el juego de dispara y colorea asi creo que asi se llamaba haora me esta diciendo que deje de escribir adios.
Ya me lo he leido voy a leerme otra. me gustan
Jesús es como un superheroe, bueno mejor
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